domingo, 26 de abril de 2009
domingos de juventud peronista
Un llamado y bastaba para levantarse de la cama, ponerse los mismos jeans del día anterior, un sweater a rombos y empezar la rutina dominguera. Cigarrillos, té de manzana y arrastrar la resaca del día anterior sobre la manta verde del sillón. Pensaríamos en qué hacer, si salir a sacar fotos con rollos que jamás revelaríamos (pero no, ya es tarde y se está por esconder el sol), si ir al cine aunque ya hallamos visto la película de la semana y extenderíamos la discusión por minutos/horas, al ritmo de algún tema de una banda sesentosa o suspendidos en el acorde de un ukulele y un par de panderetas. Después hablaríamos de Cortázar o de Tarantino, de música post punk y remeras-de-marca, de actrices ya fallecidas y de la Factory, de músicos drogadictos, de musas poperas, de cámaras polaroids y de mujeres-con-frentes-amplias. Después nos saltearíamos un domingo, después un mes de ausencia. Cerraría el videoclub, se ensuciarían las baldozas de la plaza, las cuerdas de la guitarra. El silencio, la púa del Wynco, el adiós a los domingos de la juventud peronista.
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2 comentarios:
Siempre tan visual usted, deberia ser guionista.
No me gusto la idea de que cierre mi videoclub.
No me gustan los domingos.
Y ahora me doy cuenta que tampoco me gusta estar sola.
El gordo Jack Johnson no abre los domingos, y ahora cobran recargo.
Gustmit
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