viernes, 28 de marzo de 2008

Inconcluso #54896451

No había mucho que decir sobre ella. Lo de siempre, quizás. Su pelo suicidándose por los hombros y su abrigo de paño verde. Caminaba con su lentitud habitual, deteniéndose en cada copa de los árboles en otoño. Llegando un segundo tarde o un momento antes al encuentro habitual de las manos en la cintura, desabrochando cada botón del repollo gigante que llevaba de abrigo, enredándose en las mares de su pelo para morir de sed en el desierto de su vientre. Después, claro, venía la vergüenza del qué hicimos que ya se había convertido en rutina y el juego de las miradas compremetedoras, acusadoras. Los besos absolventes habían dejado de existir ya meses atrás, cuando el invierno nos congeló los cuerpos desnudos sobre la alfombra. A veces, cuando queda envuelta en el humo de un cigarrillo parece no ser de acá, parece más bien estar muerta, pero muerta en esa estela que no asusta, que más bien intriga. Y cuando atraviesa la puerta el muerto soy yo. Quedarme sentado en el almohadón que me regaló, oliendo cada partícula que su perfume dejó sobre el sillón, la alfombra y la alacena. Así, quizás dos meses, hasta que su cintura vuelve a entrar esquivando el jarrón de la puerta y hundiéndose en mi ombligo. Quizás algún beso sea sincero, no lo sé, lo cierto de nosotros es que

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay, horriblo, está lindo, yo no veo un plagio directo.
¿Por qué tanto escándalo?
Claro, que siempre hay una reminiscencia de Julio, es tu estilo, pero una copia así, zarpada, no.

Ojalá te mueras.

Val dijo...

Me gustaría saber qué es lo cierto entre los personajes... pero es Inconcluso y debo aceptarlo así como es...
No sería "absorvente" y no "absolvente" como pusiste? :P
Ves ahora por qué odio el invierno!? ajjaa
Lo detesto.
Un beso grande mi amigooO!!
Siempre espectacular lo suyo :)